17 poemas para maestro para regalarle lindas palabras


Equipo editorial de Pensador
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Sigue leyendo para encontrar los mejores poemas para maestros, para agradecer en el Día del Maestro, para celebrar su labor y para homenagear su dedicación con versos que reflejan la importancia de su trabajo en la vida de los estudiantes.

En el aula florece el saber,
gracias a ti, querido maestro,
que nos enseñas con placer.

Con paciencia y dedicación
vas cultivando nuestra educación.

Y por eso y mucho más,
¡yo te quería agradecer!

Maestro, en cada palabra y en cada lección vas plantando semillas de comprensión, y con tu sabiduría nos enseñas que no hay nada que no podamos alcanzar si llevamos por delante nuestra verdad.

Maestro,
en cada palabra y en cada lección
vas plantando semillas de comprensión,
y con tu sabiduría nos enseñas
que no hay nada que no podamos alcanzar
si llevamos por delante nuestra verdad.

Enseñarás a volar,
pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar,
pero no soltarán tu sueño.
Enseñarás a vivir,
pero no vivirán tu vida.
Sin embargo…
en cada vuelo,
en cada sueño,
perdurará siempre la huella
del camino enseñado.

Maria Teresa de Calcuta

Mi maestro,
gracias por dejar en mi mente
una huella permanente.

Conocimientos que
se que me acompañarán,
que me ayudarán
y me iluminarán.

Con tu ejemplo
me inspiras y motivas
cada día, y hoy quería agradecerte
por ayudarme a encontrar mi esencia.

Educar es lo mismo
que poner un motor a una barca
hay que medir, pesar, equilibrar…
…y poner todo en marcha.

Pero para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino, un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia concentrada.

Pero es consolador soñar mientras uno trabaja,
que esa barca, ese niño,
irá muy lejos por el agua.

Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia pueblos distantes, hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá nuestra bandera enarbolada.

Gabriel Celaya

Bajola acacia en la sabana
sin un techo o con todos los detalles,
en pleno desierto, en el oasis,
en la alta trocha de los Andes,
en cualquier canal de oriente,
en la escuela más uniformada,
o en un pueblo a la espera de tenerla,
en la orilla del lago Tanganica,
bajo el sol del trópico,
en el norte más norte o
al sur más extremo...
Hay una escuela siempre que alguien
se siente en círculo con otros
a aprender y a enseñar.
Sin círculo no hay palabra.
¡Sin maestros no hay escuela!

María Rosa Serdio

Maestro, ejemplo vivo, referente e inspiración, alegría y motivación.  En ti confío, porque en tus manos el conocimiento es como un río.  ¡Gracias por todo!

Maestro,
ejemplo vivo,
referente e inspiración,
alegría y motivación.

En ti confío,
porque en tus manos
el conocimiento
es como un río.

¡Gracias por todo!

Maestro, mágica voz.
Maestro, mago de la ciencia y el saber.
Tienes en tu mente el color del saber.
Con todo el tiempo encima
tus palabras son la luz de la esperanza
del que anhelante las escucha.
Has caminado por la ruta
que conduce a la cúspide.

Eres el cimiento del futuro
Maestro, palabra alegre
palabra mágica
palabra iluminada
palabra con olor a agua fresca.

Maestro, todos hemos ido a ti
Tú nos diste en años primaverales
el alfa y el omega
¿Quién no necesitó de ti?
Llegar al humilde, al soberbio, al opulento.

Eres columna y guía
eres padre, amigo, lo eres todo
Maestro sigue firme

No importa el desdén del ignorante
no vaciles, tú edificas el mañana.
Eres valiente
no vaciles,
tú eres el pueblo
naciste con él,
él te espera, eres su fuente
incesante.
Eres su fuente incesante
Eres su manantial de esperanzas.

Maestro, palabra mágica.
No vaciles, no tengas miedo
Tus derechos recortado
Han de ser reconquistados
Con una sola fuerza y una sola voz
Maestro vive, vive maestro.
Maestro, palabra sana y limpia

Maestro, eres un universo.

Lo eres todo.

David Zabala Muñez

Mi maestro hace que
en el aula
la sabiduría fluya,
porque enseña con pasión
y con amor,
y eso ayuda a forjar
mentes con gran valor.

Maestro, en tu aula se hace realidad,
el sueño de aprender con felicidad.
Con cada palabra, con cada gesto,
nos llevas al mundo del conocimiento.

Con tu saber, nos despiertas,
a un gran universo de ideas bellas.
En tu aula, la mente se expande,
¡gracias por tu labor constante!

En mi maestro encontré el camino
y me animé a ser dueño
de mi propio destino.

Con su motivación
logre mucho
y con su sabiduría e inspiración
sé que lograré mucho más.

La Maestra era pura. «Los suaves hortelanos»,
decía, «de este predio, que es predio de Jesús
han de conservar puros los ojos y las manos,
guardar claros sus óleos, para dar clara luz».

La Maestra era pobre. Su reino no es humano.
(Así en el doloroso sembrador de Israel).
Vestía sayas pardas, no enjoyaba su mano
¡y era todo su espíritu un inmenso joyel!

La Maestra era alegre. ¡Pobre mujer herida!
Su sonrisa fue un modo de llorar con bondad.
Por sobre la sandalia rota y enrojecida,
tal sonrisa, la insigne flor de su santidad.

¡Dulce ser! En su río de mieles, caudaloso,
largamente abrevaba sus tigres el dolor.
Los hierros que le abrieron el pecho generoso
¡más anchas le dejaron las cuencas del amor!

¡Ohlabriego, cuyo hijo de su labio aprendía
el himno y la plegaria, nunca viste el fulgor
del lucero cautivo que en sus carnes ardía:
pasaste sin besar su corazón en flor!

Campesina, ¿recuerdas que alguna vez prendiste
su nombre a un comentario brutal o baladí?
Cien veces la miraste, ninguna vez la viste
¡y en el solar de tu hijo, de ella hay más que de ti!

Pasó por él su fina, su delicada esteva,
abriendo surcos donde alojar perfección.
La albada de virtudes de que lento se nieva
es suya. Campesina, ¿no le pides perdón?

Daba sombra por una selva su encina hendida
el día en que la muerte la convidó a partir.
Pensando en que su madre la esperaba dormida
a La de Ojos Profundos se dio sin resistir.

Y en su Dios se ha dormido, como en cojín de luna;
almohada de sus sienes, una constelación;
canta el Padre para ella sus canciones de cuna
¡y la paz llueve largo sobre su corazón!

Como un henchido vaso, traía el alma hecha
para volcar aljófares sobre la humanidad;
y era su vida humana la dilatada brecha
que suele abrirse el Padre para echar claridad.

Por eso aún el polvo de sus huesos sustenta
púrpura de rosales de violento llamear.
¡Y el cuidador de tumbas, cómo aroma, me cuenta,
las plantas del que huella sus huesos, al pasar!

Gabriela Mistral

Yo voy a una escuela
muy particular.
Cuando llueve se moja
como las demás.

Yo voy a una escuela
muy sensacional.
Si se estudia, se aprende,
como en las demás.

Yo voy a una escuela,
muy sensacional,
Los maestros son guapos
las maestras son más.

Cada niño en su pecho
va a hacer un palomar
donde se encuentre a gusto
el pichón de la Paz.

Yo voy a una escuela
muy sensacional.

Gloria Fuertes

Maestro, muchas gracias porque tu paciencia y tu sabiduría me hicieron descubrir que yo también podría brillar.  Gracias por tu generosidad, y por se mi guía.

Maestro, muchas gracias
porque tu paciencia
y tu sabiduría
me hicieron descubrir
que yo también podría brillar.

Gracias por tu generosidad,
y por se mi guía.

Maestro,
yo escuché lecciones
que me hicieron volar,
que despertaron mi imaginación
y me hicieron querer caminar,
avanzar en la vida,
y aprender cada vez más.

Vocación tempranera y siempre bien sentida,
esta de ser Maestro por amor entregado,
este ir alumbrando caminos por la vida,
ilusionadamente,de niños rodeado.

Poner alma de artista en la noble tarea,
con fuerza misionera y mano delicada;
saber irse quemando en aras de una idea,
saber seguir la estrella del bien entresoñada…

Sembrador sin pereza, poner en la besana
al par del rubio trigo semilla de amapolas;
estrenar alegría y fe cada mañana,
y en el trance difícil quedar con Dios a solas.

Juan Berbel

Gracias maestro,
porque en tu aula encontré el hogar,
un lugar mágico donde aprender a soñar.
Gracias maestro,
por tu dedicación sin fin
y por regar las flores del conocimiento
como si fuese tu propio jardín.

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