41 mensajes para enamorar un hombre y conquistar su corazón

Me gusta cómo miras el mundo, cómo hablas de lo que te importa y cómo haces que una conversación sencilla se vuelva especial sin darte cuenta.

Contigo, la curiosidad va ganando terreno.

No sé qué haces, pero llamas mi atención demasiado fácil.

Hay personas que llegan sin hacer ruido, sino con calma, y desde que apareciste siento que todo se ordena un poco más.

Si la intención era llamar mi atención, vas ganando.

No necesito grandes gestos para notar tu presencia; basta con una conversación contigo para sentir que el día valió la pena.

Pensarte interrumpe mi día… y no hago nada por evitarlo.

Me gusta no saber hacia dónde va esto… contigo.

No sé si te lo dicen seguido, pero tienes una forma muy especial de conectar con las personas, y eso deja huella.

Hay conversaciones que se olvidan rápido, y otras que se quedan dando vueltas en la cabeza. Las nuestras son de las segundas.

Aunque estemos lejos, hay una cercanía que no se rompe.

Me resulta fácil extrañarte, incluso sin haberte tenido cerca.

Me gusta cómo sabes decir las cosas sin decirlas del todo. Eso deja espacio para imaginar… y me encanta.

Hay una tranquilidad especial cuando hablo contigo.

Pensarte tiene efectos secundarios interesantes.

No estás aquí, pero ocupas un lugar claro en mi mundo.

La espera tiene sentido cuando hay conexión.

Me gusta la idea de seguir descubriéndonos, sin prisa.

Lo bonito de esto es que nace con calma y verdad.

La distancia existe, pero no manda.

No sé si eres complicado o solo irresistible… pero quiero averiguarlo.

Te advierto: tengo un doctorado en hacer sonreír a chicos difíciles.

A veces lo difícil vale la pena… como tú.

Dicen que lo bueno se hace esperar… ¿yo puedo esperar por ti?

Me gusta lo que veo… y quiero ver mucho más.

No me asustan los hombres difíciles, me atraen.

Puede que intentes hacerte el difícil, pero yo ya noté algo que no puedo ignorar: me atraes más de lo que debería.

Si ser irresistible fuera ilegal, te estarías metiendo en problemas conmigo.

No sé si eres un reto o un premio… pero quiero ganar.

Si ser directo te parece raro, prepárate: me gustas mucho.

No siempre escribo primero, pero contigo se me antoja hacerlo.

Me gusta cuando apareces en mis notificaciones.

Contigo se me olvida eso de “no ilusionarse”.

Admito que me intrigas más de lo conveniente.

No prometo nada, pero sí te advierto algo: cuando alguien me hace sentir así de cómoda y curiosa, suelo dejarme llevar.

Empiezo a pensar que tú sabes muy bien lo que haces.

Me encanta esa sensación de “aquí podría pasar algo”.

Digamos que despertaste mi interés… y no se va.

No me distraes… me concentras en ti.

Hay mensajes que se leen y se olvidan… contigo nunca me pasa.

Hablar contigo se ha vuelto una costumbre bonita.