Conocida como La Doña, María Félix (1914-2002) fue mucho más que una estrella del cine de oro mexicano. Fue una mujer que se atrevió a ser libre, a pensar por sí misma y a decirlo, en una época en la que a las mujeres se les exigía sumisión. Sus frases, algunas desafiantes, otras irónicas, reflejan una personalidad fuerte, orgullosa y profundamente consciente de su valor.
¡Sus palabras siguen inspirando a quienes buscan autenticidad, fuerza interior y amor propio sin pedir permiso!
Donde estoy yo, está la suerte.
María Félix
María Félix no creía en la suerte como algo externo. Ella hablaba con una seguridad que no buscaba aprobación. Sabía lo que valía, y lo decía sin miedo. No era arrogancia: era autoestima en un mundo que no se la quería permitir.
Nunca he querido a nadie como me quiero yo a mi misma, entonces nadie ha podido hacerme sufrir.
María Félix
En una época en la que se esperaba que la mujer viviera para el amor de un hombre, María se eligió a sí misma primero. Su amor propio fue su escudo contra las decepciones. Habla de una mujer que se amó con tanta fuerza que no dejó que la destruyeran.
Si no te quiere como tú quieres, pues que le vaya bien.
María Félix
Directa y sin lamentos. María no rogaba ni se aferraba. En el México de los años 40 y 50, esto era revolucionario. Ella vivía con el valor de decir adiós antes de quedarse donde no era amada como merecía.
¿Pelear por un hombre? ¿Para qué? ¡Hay tantos!
María Félix
En esta frase de María Félix podemos ver un rechazo total a la rivalidad femenina por amor.
No le tengo miedo ni a las canas ni a las arrugas, sino a la falta de interés por la vida. No le tengo miedo a que me caigan encima los años, sino a caerme yo misma.
María Félix
La vejez no asustaba a María, que vivió con intensidad hasta el final, sin perder la chispa, el entusiasmo y la pasión por vivir. Es un mensaje sobre envejecer con dignidad y alma viva, no solo con rostro bello.
Protesten, quéjense, no se dejen, prepárense, hagan de su vida lo que ustedes desean y no lo que sus hombres les permitan ser. Amen y háganse amar. No se conformen con poco. Este será de hoy en adelante un país de mujeres. Ahora nos toca.
María Félix
María apoyó sin miedo la lucha de las mujeres en un país dominado por hombres. Su voz fue una bandera para la autonomía femenina y el cambio socia, hoy en día puede se la podría considerar como feminista.
Hay que darse a valer y más en este país de machos.
María Félix
María Félix triunfó en un mundo donde las mujeres eran decorado y no protagonistas. Ella se impuso con carácter y exigió respeto.
El hombre es infiel por naturaleza… bueno y la mujer también.
María Félix
Con sarcasmo, desarma el doble estándar. En México, la infidelidad masculina era casi culturalmente aceptada. María devuelve la pelota: si es "natural", lo es para ambos.
La mejor manera de amar a alguien es amarlo como la persona es, con sus defectos.
María Félix
Ella, que tuvo grandes amores como Agustín Lara y Jorge Negrete, sabía que idealizar al otro es una trampa. El amor que no acepta defectos no es real.
Una mujer original no es aquella que no imita a nadie, sino aquella a la que nadie puede imitar.
María Félix
Fiel a su estilo único, María entendía que la originalidad no es un intento de ser distinta, sino una esencia que no se puede replicar. Ella era única, y lo sabía.
Hay maridos que utilizan la violencia física con sus esposas. Yo hago un voto: que la justicia sea más severa para estos verdugos domésticos.
María Félix
A lo largo de su vida, María denunció lo que muchos callaban. No era solo una estrella; tenía una voz social poderosa. Luchó desde su trinchera contra la violencia de género.
A un hombre hay que llorarle tres días… Y al cuarto, te pones tacones y ropa nueva.
María Félix
Esta frase resume su filosofía de vida: el dolor se acepta, pero no se glorifica. La dignidad femenina va primero. En una cultura donde el sufrimiento por amor se romantiza, ella lo desmantela con elegancia.
Tenemos que ser más autónomas, más dueñas y señoras de nuestro destino, así podremos hacer más por este país.
María Félix
María sabía que el cambio para las mujeres empezaba por la independencia. Autonomía económica, emocional y mental. No esperaba salvadores: exigía la libertad que le correspondía.
Yo puedo tener mis veleidades y mis caprichos sin afectar a nadie. Pero las veleidades de un señor presidente pueden arruinar un país.
María Félix
Crítica al poder político. Aunque ella era poderosa, distinguía entre poder personal y poder institucional. Su mensaje: un presidente no puede darse lujos que pongan en riesgo a su pueblo.
Se fatiga una de encontrarse siempre a los mismos hombres, las mismas frases y se termina por no querer conocer ni a uno más.
María Félix
En esta frase de María Félix podemos ver que estaba cansada de lo superficial y de lo predecible. Quería profundidad, verdad, algo que la sorprendiera de verdad.
Los mexicanos aprendemos del fracaso.
María Félix
Realista y patriótica. María creía en la capacidad del mexicano para resistir, adaptarse y crecer. El fracaso no es final, es escuela.
Mujeres como yo hay muchas, pero están escondidas.
María Félix
Ella sabía que no era un fenómeno aislado. Había más mujeres valientes, inteligentes, indomables… pero el sistema las silenciaba.
¡Odio las flores! Duran un día y hay que agradecerlas toda la vida.
María Félix
En este caso, la Doña nos habla con humor y crítica, de los gestos vacíos. Prefería acciones reales y duraderas. Detestaba lo superficial y lo simbólico si no venía con fondo.
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